Las cinco claves del triunfo que predijo Michael Moore
El documentalista y escritor Michael Moore publicó en julio un artículo en The Huffington Post en que vaticinaba el triunfo de Donald Trump. Estas son las razones que argumentó desde el fondo de la cultura estadounidense, de las que se reproducen algunos fragmentos
1.“El Brexit del medio oeste de Estados Unidos.Creo que Trump va a centrar gran parte de su atención en los cuatro estados azules de Michigan, Ohio, Pensilvania y Wisconsin. Cuatro estados tradicionalmente demócratas, pero que han elegido a gobernadores republicanos desde 2010. Trump ha dicho que el apoyo de los Clinton al Tratado de Libre Comercio ha ayudado a destruir a estos estados industriales. Trump va a machacar a Clinton con este tema y con el hecho de que otras políticas de comercio han perjudicado a los habitantes de esos estados. La franja entre Green Bay (Wisconsin) y Pittsburgh (Pensilvania) recuerda a la mitad de Inglaterra: ciudades deprimidas en el esqueleto de lo que antes llamábamos clase media. Trabajadores (y no trabajadores) amargados y enfadados. Lo que pasó con el Brexit en Reino Unido también va a pasar aquí”.
2. “El último bastión de los hombres blancos enfadados. El gobierno de Estados Unidos que lleva 240 años dominado por hombres llega a su fin. ¡Una mujer está a punto de llegar al poder! ¿Cómo ha podido suceder? Delante de nuestras narices. Ese es el pequeño resumen de la mente del hombre blanco en peligro de extinción. Tienen la sensación de que se les escapa el poder de las manos. La "feminazi", ese monstruo que, como dice Trump, "sangra por los ojos o por donde sea", nos ha conquistado y ahora, después de haber tenido que pasar por ocho años en los que un hombre negro nos ha dicho qué hacer, ¿se supone que tenemos que aguantar ocho años en los que una mujer nos mangonee? ¡Después de eso serán ocho años de gays dirigiendo la Casa Blanca! ¡Y luego transexuales!”
3. “El problema de Hillary. Es muy impopular: el 70% de los votantes piensa que no transmite confianza ni honestidad. Representa a la política tradicional y no cree en nada que no sea lo que le haga ganar las elecciones. Por eso estuvo en contra del matrimonio homosexual en su momento y ahora lo defiende. Entre sus mayores detractores se encuentran las mujeres jóvenes. No hay día que no oiga a un millennial decir que no va a votar por ella. Ningún demócrata, ni ninguna persona que no apoye a alguno de los dos partidos mayoritarios, se va a levantar emocionado el 8 de noviembre por ir a votar a Hillary como pasó cuando Obama. Y, como estas elecciones solo van a depender de una cosa -de quién atraiga a más gente a las urnas-, Trump lleva las de ganar”.
4. “Cuando el simpatizante promedio de Bernie se arrastre a las urnas el día de las elecciones para votar a Hillary, a eso se le llamará "voto deprimido" (porque el votante no se llevará a cinco personas con él para que voten también). Porque, cuando se es joven, se tiene tolerancia cero a los farsantes y las mentiras. Para la gente joven, volver a la era de Clinton/Bush es como tener que pagar de repente por escuchar música, o volver a usar MySpace. Hillary Clinton va a tener que hacer algo para dar a los jóvenes una razón para que la apoyen; y elegir a un señor blanco, viejo, insulso y moderado como candidato a vicepresidente no es el tipo de decisión atrevida que pueda transmitir a los millennials que su voto es importante para Hillary”.
5. “No descontemos la capacidad del electorado para hacer el mal o subestimemos cuántos millones de ciudadanos se conciben a sí mismos como anarquistas encubiertos una vez que echen la cortina y se dispongan a ejercer su derecho al voto. Es uno de los pocos sitios que quedan en esta sociedad en el que no hay ni cámaras de seguridad, ni dispositivos de escucha, ni parejas, ni hijos, ni jefes, ni policías, ni siquiera límite de tiempo. Puedes votar al partido que quieras o a Mickey Mouse y al Pato Donald. Y precisamente por eso y por la ira que tienen algunos contra un sistema político inservible, millones de estadounidenses van a votar por Trump. En los noventa, los ciudadanos de Minnesota eligieron como gobernador a un ex luchador profesional. No porque pensaran que Jesse Ventura era un político célebre o intelectual. Lo hicieron porque podían. Para ellos, votar a Jesse Ventura fue como hacer un chiste práctico en un sistema político enfermo”.
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